sábado, 20 de noviembre de 2010

La trastienda: El hermano de mi madre

El hermano de mi madre es mi Tío Jose (sin tilde, si). Él sabe que para mí es mucho más que mi tío y yo sé que para él soy mucho más que su sobrino.


Hace unos días, su mujer, mi tía Mariri, junto con su hermana Rosa Mari, compinchadas con mis primos, le hicieron un magnífico regalo. Un libro que recoge las fotografías que cuentan la historia de nuestra familia. Un libro en el que se mezclan las imágenes de los nuestros con las poesías de Machado y Hernández. Una hermosura, hecha con mucho amor y mucha pasión.


Mi tía me pidió que escribiera unas palabras para incluirlas en el libro a modo de  introducción a esta historia, la de una familia marcada por la ausencia del padre, el alfarero, y el tremendo esfuerzo de una madre por evitarla. Estas son:

“El alfarero elige bien la pella. La sostiene al aire. La cantidad justa. La pone en el torno y comienza a moldearla, tal y como le enseñaron. Aprieta el barro, lo centra. Se moja las manos y retira el sobrante. Con el gesto repetido tanto tiempo, golpea con los pies la rueda haciendo girar el torno. Le imprime la velocidad deseada en cada momento para ayudar a las manos a elevar y darle forma a la pieza. Va formando un tubo hueco, más ancho en la parte de abajo. Lo alisa. Elimina rugosidades. Pasa las manos comprobando el resultado. De nuevo se limpia las manos. Frena poco a poco la rueda y con la guita separa el tubo del torno.

Ahora divide el tubo en dos partes casi simétricas. Son dos tejas. Distintas pero iguales. No estará para cocerlas. ¡Esa será su pena! Pero sabe que serán cocidas al amor de un fuego que lo mantendrá vivo y les dará la vida. ¡Esa será su ilusión! El principio del tejado que le dará cobijo en la distancia y en el tiempo. La cubierta que siempre preservará su vida y su recuerdo.

Y empieza a crecer ya el tejado. A las dos tejas terminadas se le unen otras. Y otras más. Y más que vienen de camino. Todavía queda barro y sigue prendido el fuego.

¡Qué mayor orgullo que encontrase bajo este buen tejado donde perdura la memoria y sigue viva la pasión!”

Cuando pase el tiempo me gustaría tener un libro como ese. Con las fotografías de las gentes que marcaron mi vida y con las palabras de los poetas que llenaron mi alma. Allí seguro que estará la siguiente foto, de las pocas que tengo con mi tío (la mayoría de las veces uno de los dos somos el que hace la foto) y con mi primo Jose (también sin tilde, si,  también), junto a uno de sus inéditos poemas, para seguir haciéndome feliz por tenerlo siempre a mi lado.



2 comentarios:

Unknown dijo...

Es un sobrino estupendo, de lo que no hay mucho por ahí.

Me ha encantado, como todo lo que haces.

Un beso
La tia Mariri

Ana dijo...

El otro día Antonino se dejó abierto un documento en el ordenador, era el que estaba preparando para su tío Jose unos días después de que viniese a verlo, tras llevar unos días de baja y para enseñarle el libro que le habían regalado. Desde entonces estoy esperando que lo ponga en el su blog para poder hacer un comentario que sirva de agradecimiento a José Manuel y a Marili. Gracias no solo por ser sino por estar al lado de Antonino (y en el mío también) cada vez que hemos tenido mala pata, nunca mejor dicho, con un tobillo con el otro después, ahora con la rodilla, o en aquellos días de reposo tras los cuales nunca llegaron las noticias que esperábamos. Hay días que siempre recordaré, como la primera vez que llamé por teléfono a vuestra casa porque había quedado con Antonino en Córdoba y no llegaba porque teníais en casa una comida de esas que nunca terminan. El primer encuentro con Ana en la puerta de la Iglesia el día del otorgo de Mari Salud y mi primera celebración familiar. Aquella tarde que nos contasteis que le habíais comprado un sombrero a Jose, y que mi padre ya se había puesto una gorra de Pepsi para que nosotros no le comprásemos uno. O esos “silencios” al otro lado del teléfono después de enviar un correo con las fotos de algunos de los documentos encontrados en los archivos, o tras mandar un mensaje desde el Dueso, después de ver el libro de fotos, o el de ahora mismo cuando has visto la entrada del blog, porque sabemos lo que significan.
Esperaro seguir disfrutando de vuestra cercanía por mucho tiempo.
Gracias
Ana