martes, 14 de agosto de 2012

Gozo y esperanza, el concilio escondido

¿Dónde fue el Concilio Vaticano II? Sería bueno saber si se mantienen o no sus postulados. Hay algunos colectivos que nos los recuerdan y en los que podemos ver una cara de la Iglesia completamente distinta a la que estamos acostumbrados.

La ONG mejicana Católicas por el Derecho a Decidir reúne a un grupo de personas católicas compuesto principalmente por mujeres, aunque cada vez hay más hombres jóvenes. Esta asociación civil trabaja por el bienestar y la salud de mujeres y jóvenes en el marco de la defensa y promoción de los derechos humanos, la justicia social y la democracia, promoviendo el reconocimiento a la dignidad de las personas y reafirmando la autoridad moral de las mujeres y el derecho que tienen todas las personas a tomar decisiones basadas en el ejercicio de su libertad de conciencia.

Forman parte de un movimiento en el que participan católicas y católicos de muchos otros países, comprometidos con la búsqueda de la justicia social y el cambio de patrones culturales y religiosos presentes en nuestra sociedad que vulneran los derechos humanos de las mujeres.


Esta organización desarrolló una campaña llamada CATOLICADAS, en el marco de la visita de Benedicto XVI a México y los procesos electorales, contribuyendo al debate público en torno al papel de la Iglesia católica en la sociedad mexicana y evidenciando las incongruencias entre la falta de compromiso de la jerarquía católica en la defensa de derechos humanos fundamentales por un lado, y las enseñanzas del Evangelio y la tradición católica por el otro; y, mostrar las opiniones a favor de los derechos humanos de mujeres y jóvenes de la inmensa mayoría de los creyentes de esta Iglesia.



Para muestra un botón.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Canción de lobos

La vuelta atrás en libertades, el acceso a servicios esenciales y recorte de derechos ha llegado también a la gestión de nuestra naturaleza. La reforma de la Ley de Costas o el recorte de las renovables entre otras son un buen ejemplo. Otro, la autorización de batidas contra lobos en terrenos del Parque Nacional Picos de Europa.

La matanza se realizará con la excusa de los daños que estos cánidos provocan en la ganadería de la zona. En 2011 se tramitaron 59 expedientes por presuntos ataques de lobo. La cabaña ganadera en la zona se estima en unas 300.000 cabezas.

Abono por la muerte de un lobo 
La gestión de las poblaciones de Lobo no debe basarse en su exterminio. La presencia del lobo en los ecosistemas a los que pertenece se ha demostrado claramente necesaria para el mantenimiento del equilibrio de estos, constituyendo lo que se conoce como una especie clave, cuya desaparición puede acarrear muy serios desequilibrios a su entorno (en la vegetación, en las densidades de herbívoros o en las densidades de predadores menores carnívoros).


La presencia de poblaciones de lobo es una fuente de conflicto social. Un elemento esencial en la adecuada gestión y conservación de las poblaciones de lobo implica la gestión eficaz de ese conflicto con medidas como las que  ya propusieron  los investigadores de la Universidad de Jaén Muñoz-Cobo, Azorit, Calvo y Carrasco en su trabajo sobre el lobo en Sierra Morena, y que se han venido aplicando con eficacia en zonas loberas, permitiendo la, no siempre fácil, conjunción de las acciones de gestión con intereses turísticos, ganaderos o de otro tipo. 


Para esto es necesario que se oigan todas las voces y a todos los actores, no solo a los grupos de presión que tradicionalmente han visto al lobo exclusivamente como un obstáculo para el desarrollo económico.  


Hoy he firmado una petición para intentar evitar estas batidas en el Parque Nacional. Entra en este enlace y firma la petición para que también tu voz puede ser oída.


Mientras tanto, aullemos la Canción de los Lobos.




Ruge y retumba ronca la tormenta
Por la enlutada bóveda del cielo, 
Y sobre el dorso de impetuosas ráfagas 
Cabalgan las deidades del invierno. 

En el frígido erial donde vagamos 
Sin acierto buscando alguna senda, 
Ni un arbusto descubre la mirada 
Que el suspirado abrigo nos ofrezca. 

Allá en la cueva el hambre que nos mata, 
Y fuera de ella el frío que nos hiela: 
Entrambos, como rudos cazadores, 
Sin piedad nos acosan por doquiera. 

Y júntaseles otro en la batida:
Del cargado fusil la saña fiera 
Deja sobre la nieve señaladas 
Con nuestra roja sangre nuestras huellas… 

Tenemos frío, sí; tenemos hambre 
Y el morífero plomo nos asedia;
Pero, ¿qué importa?... En cambio somos libres
¡Oh santa Libertad! ¡Bendita seas!