Principios
La Educación Pública es un derecho constitucional y Patrimonio
Nacional irrenunciable
Como exalumnas y exalumnos de la Educación Pública, la defendemos
como un patrimonio nacional irrenunciable, construido con el enorme esfuerzo y
dedicación de las generaciones anteriores que entendieron que la educación
pública no es la de unos pocos, sino el espejo de toda una sociedad.
Reivindicamos el decisivo papel que la Educación Pública ha tenido en la
construcción de la España que disfrutamos hoy: democrática, plural y moderna.
Personas crecidas y formadas en los colegios, institutos y universidades
públicos desplegamos hoy nuestra actividad profesional en los más diversos
ámbitos -científico, económico, cultural, social- tanto dentro como fuera de
España. No olvidamos de dónde venimos.
La Educación Pública es factor de cohesión social, favorece la
igualdad de oportunidades e integra la diversidad
Como alumnas y alumnos de la Educación Pública reivindicamos un
espacio común en el que con independencia de nuestra procedencia cultural y
geográfica, nuestras creencias, etc. podamos tener las mismas condiciones de
acceso al saber, al aprendizaje científico, cultural y artístico, y en el que
podamos educarnos como ciudadanos de un mundo plural y mestizo como ha de ser
inevitablemente el nuestro del que seremos, también, responsables.
La Educción Pública es calidad. No aceptamos que se deteriore,
sino que se trabaje para mejorarla desde todos los estamentos
Como madres y padres reclamamos para nuestras hijas e hijos
centros educativos públicos de calidad, en los que todos puedan ser
escolarizados en las mejores condiciones cualquiera que sea su punto de
partida, donde el más vulnerable de nuestros hijos reciba el mismo apoyo y la
misma dedicación que aquel a quien el azar haya proporcionado mayores
ventajas.
La Educación Pública no es un negocio
Como maestras y maestros, como profesorado de las diferentes
etapas del sistema educativo, defendemos la Educación Pública como un derecho
fundamental del ser humano. Ella es la garantía de una sociedad libre,
igualitaria y cohesionada, y no podemos consentir que criterios de rentabilidad
económica o adoctrinamiento de cualquier signo amenacen estos pilares
esenciales de la vida en democracia.
Estudiantes de ayer y hoy,
profesorado, familias y ciudadanía en general elevamos nuestra voz en defensa
de la Educación Pública. Y llamamos a nuestros conciudadanos a salir también en
su defensa, en primera persona, orgullosos de la formación académica y humana
que hemos recibido en las aulas de sus colegios, institutos y universidades.
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