jueves, 30 de septiembre de 2010

ARCHIVOS Y MEMORIA HISTORICA. OPOSICIÓN Y REPRESIÓN


Esta noche comienza la Feria de Almodóvar del Río. Hasta el lunes, 4 de Octubre, tendremos tiempo de disfrutar de unos días de fiesta.

Este año volvemos a colaborar con la Revista Cultural que publica el Ateneo Popular con motivo de la Feria, incluyendo un artículo que queremos reproducir aquí y que pertenece a una serie de colaboraciones que estamos escribiendo desde hace un tiempo relacionada con los archivos y la memoria histórica.




ARCHIVOS Y MEMORIA HISTORICA. OPOSICIÓN Y REPRESIÓN
Por Ana Borrego Morales y Antonino Sanz Matencio

Imagínese que usted guarda un periódico en su casa en el que se critica al gobierno, que usted comparte con algunos de sus amigos, con los que habla y conversa del tema, que mantiene contacto con personas de otros lugares. Imagínese que las fuerzas policiales entran en su casa, sin mandato judicial, la registran, desordenan, mancillan. Imagínese que le llevan a los calabozos y lo mantienen detenido sin contacto con los suyos, sin la presencia de un abogado y sin conocimiento del juez. Imagínese que le torturan, que le amenazan con dañar a su familia. Imagínese que le presentan una declaración en la que involucra a personas que no conoce y hechos de los que ni siquiera ha oído hablar. Imagínese que le condenen a 12 años de prisión en una cárcel situada en la otra punta de España. Esto, que hoy creemos imposible en la actualidad, ocurría en España no hace mucho tiempo. En muchas familias de nuestra tierra están las heridas de ese tiempo, en los Archivos Históricos están las pruebas de ese sufrimiento.

Hace unos días podíamos leer un diario en gran titular la siguiente noticia: “El Archivo Histórico Provincial recibe más de 12.000 fichas de presos de guerra”[1]. Hacía referencia a los expedientes penitenciarios generados durante el franquismo en la Provincia de Cádiz. Poco a poco se está poniendo a disposición de investigadores, en particular, y ciudadanía, en general, la ingente documentación generada por el aparato represor franquista. Este hecho, además de aportar las pruebas documentales de la represión, nos ofrece la idea del importante papel que juegan los Archivos como fuente esencial de la investigación histórica de un periodo determinado.

Ya desde el primer momento el nuevo Estado comienza a estructurarse con la  promulgación de un bando [2] en el que se declara el Estado de Guerra que promulga la supremacía la jurisdicción castrense sobre la ordinaria, la urgencia y rapidez a costa de cualquier garantía jurídica y prohíbe terminantemente el derecho a la huelga, colocando a los directivos de los Sindicatos en la picota, pudiendo ser pasados por las armas todos los que se opongan al nuevo régimen.

Al terminar  la contienda la labor de represión sobre los vencidos va a llenar las cárceles. En torno a 600.000 personas (cifra en continua revisión) se encontraban bajo disciplina penitenciaria: prisión o campos de concentración,  batallones de trabajo, libertad vigilada. Sin contar los ajusticiados. Se buscaba castigar a todos aquellos que hubieran prestado apoyo al bando contrario [3] y extinguir cualquier posibilidad de oposición. A pesar de ello, durante todo el período franquista van a existir, con mayor o menor intensidad, movimientos opositores que pretenden el regreso de las libertades democráticas.

En nuestro particular peregrinaje realizado por diferentes Archivos y lugares para recuperar la memoria de nuestros familiares y las personas de nuestro entorno que sufrieron la persecución y la represión durante los años de posguerra y de la dictadura franquista, hemos podido consultar documentos en los que se reflejan algunas de las vicisitudes sufridas por todos ellos. Uno de estos es un expediente[4] que nos puede ayudar a comprender como se llevó a cabo en nuestra comarca la represión de uno de los intentos de reorganización de la oposición al nuevo Estado.

En el Archivo Histórico del Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla se conserva un Expediente de 1948 que contiene las causas 328 y 368, en las que se juzga, por el procedimiento sumarísimo, un delito de auxilio a la rebelión y de ayuda a malhechores, consistente en  reorganizar el Partido Comunista y la Alianza Democrática en Hornachuelos, Posadas y Almodóvar del Río.

En estas causas, iniciadas a principios de 1948, se juzgan a noventa y cuatro personas, algunas ya condenadas al finalizar la guerra. De ellas cuatro habían muerto en el momento del procedimiento. Dos de los encausados son mujeres. Se incluyen jóvenes de 17 y 18 años. Vivían en Almodóvar del Río, Aznalcázar, Azuaga, Carrión de los Céspedes, Constantina, Hornachuelos, Las Navas de la Concepción, Palma del Río, Paterna del Campo, Posadas y Sevilla. Hay zapateros, alfareros, trabajadores del campo, ferroviarios, exportadores de pescado, comerciantes, carpinteros, amas de casa, relojeros, peones camioneros, albañiles, etc. Algunos de ellos casados, otros solteros, viudas y otros “amancebados”. Están sus nombres y apellidos, sus apodos, edades, etc.

Todos ellos fueron juzgados por el Código de Justicia Militar. Unos por “auxilio a malhechores, del art. 6º de la ley de bandidaje y terrorismo de 18 de Abril de 1947”. Otros “como autores de un delito de auxilio a la rebelión militar del art. 1 de la ley de 2 de Marzo de 1943” y otros por “atentar contra la seguridad del Estado Español, nuestro Caudillo y circular propaganda extremista”.

Las condenas son diferentes según la implicación en el delito.  Van desde seis meses a los 12 años y un día de reclusión para aquellas personas que habían sido condenados por similares delitos al finalizar la Guerra Civil. Todos ellos “con las accesorias legales de suspensión de todo cargo público, profesión, oficio y derechos de sufragio durante la condena”.

De dicho expediente podemos extraer que algunas de estas personas se encontraban trabajando en la fincas el Águila y en las Escalonias en el término municipal de  Hornachuelos a las que acudían “partidas de  bandoleros” para abastecerse de víveres y vestuario comprados por algunas de las acusadas e incluso en alguna ocasión celebraron con dichos “bandoleros las festividades de Nochebuena y Año Nuevo comiendo dulces y consumiendo vino, cantando coplas ofensivas al Régimen, al Generalísimo y a la Guardia Civil”.


Uno de ellos es el “Jefe Supremo de los titulados guerrilleros del llano que tiene por finalidad reunir el mayor número de elementos para combatir el actual Régimen y ayuda a los bandoleros que ellos denomina guerrilleros del monte”.

Otro de los encartados se encargó dos años antes de la formación de un Comité de Alianza Democrática, entrevistándose y reuniéndose con otras personas para dicho fin. Posteriormente a este hecho se organizó clandestinamente en Hornachuelos el Partido Comunista, que se puso en contacto con el Provincial o Regional por mediación de un vecino de Posadas.

Los vecinos de Almodóvar recibieron igualmente la visita de uno de los acusados de Hornachuelos para “proponerle la necesidad de constituir un Comité de Alianza Democrática al objeto de poner en contacto el Partido comunista y dicha Alianza entre las poblaciones de Hornachuelos, Posadas, Almodóvar del Río y al ser posible de la Capital de Córdoba”, asimismo en dicha visita y al objeto de extender la propaganda  recibieron  un periódico clandestino de la CNT.

De los atestados de la Guardia Civil podemos ver que al efectuar el registro en casa de uno de los acusados “hallaron ocultos debajo de unas piedras en la pared e introducidas en un envase de lata cuatro documentos consistente en un llamamiento a los Trabajadores Españoles, otro sobre la forma de Organización Política y sindicalismo, otro relacionado con la guardia civil y otro con los Patriotas Cordobeses”.

Otro acusado “Guardaba un periódico órgano del Comité Nacional de la CNT en un cuadro de cabecera de su casa, como igualmente una nota con la dirección escrita del citado Federico en Córdoba cuyo objetos tenía escondidos entre la estampa de dicho cuadro y el cartón que por la partes posterior la refuerza”. También guardaba una carta personal escrita por su hermano en la que se interesa por la salud de su mujer y sus hijos que igualmente se incauta y se guarda en el expediente.

En las declaraciones de las personas acusadas comprobamos que estas se realizan en ausencia de abogado defensor, con hostigamiento evidente y en la mayoría de los casos con una fuerza policial desproporcionada. Asimismo, algunos de estos acusados nos son puestos a disposición judicial hasta que no han trascurrido más de 30 días de su detención, hecho impensable en cualquier estado civilizado de la época (en la actualidad no pueden transcurrir más de tres días).

El resultado es estremecedor. Por constituir el Partido Comunista en la zona y actuar de enlace entre miembros de la Alianza Democrática, 12 años y un día de prisión. Por pertenecer a la CNT, 6 años de prisión. Por llevar comida a los huidos en el monte, 2 años de prisión. Condenas que no sólo fueron pagadas por los encartados, sino por todos y cada uno de sus allegados. Condenas purgadas en centros penitenciarios muy alejados de los domicilios de origen, con lo que se dificultaba mucho más el contacto con las familias. Se pudrieron literalmente en las cárceles. Los que llegaron a salir  vivieron, junto con sus familias, vigilados y estigmatizados por anhelar y defender los valores democráticos que hoy nosotros disfrutamos y que muchos de ellos no llegaron a conocer.

Se quedó mucho en el camino, es nuestra obligación recuperarlo. En eso andamos.





[1]http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Archivo/Cadiz/recibe/12000/fichas/presos/guerra/elpepuespand/20100812elpand_1/Tes
[2] Bando de Estado de Guerra de 18 de julio de 1936, Sevilla.
[3] BARRANQUERO, E., EIROA, M. y NAVARRO, P. Mujer, cárcel, franquismo. La prisión Provincial de Málaga, 1937-1945. Málaga, 1994. “Prólogo” de Antonio Nadal. P. 13
[4] Archivo Histórico del Tribunal Militar Territorial Segundo., Legajo 693,  nº 10115. Causas 328 y 368

jueves, 23 de septiembre de 2010

Aviso a nuestra distinguida clientela


El ventinueve de septiembre cerraremos por Huelga. Visto como está el patio creemos que es lo más sensato. Primero para defender los derechos que nos han recortado y los que nos pretenden restringir. La bajada del sueldo a los empleados públicos, el recorte de las pensiones, la reforma laboral, etc.

También iremos para contrarrestar toda la mala baba que se viene derramando contra distintos colectivos desde los sectores más conservadores de nuestra sociedad. Esos que critican el PER pero defienden con uñas y dientes las subvenciones a los terratenientes. Los mismos que pretenden que no se intervenga la economía y viven enganchados a las cuentas del estado. Los que defienden las bajadas de impuestos para desarmar las políticas de bienestar y convertir los derechos de la ciudadanía en objetos de negocio privado (Educación, sanidad, vivienda, etc). Los mismos que hace menos de seis meses pedían las cabezas de los empleados públicos, con los mismos argumentos que piden ahora la de los sindicalistas o los delegados sindicales y mañana pedirán la de los pensionistas.

Este capitalismo y estos capitalistas que han generado la mayor de las crisis de los últimos años mediante especulación más salvaje, pretenden  irse de rositas. Han obtenido pingües beneficios a costa de la generación del mayor agujero financiero que jamás hemos conocido y que han tenido que financiar los Estados con el dinero de los impuestos de los ciudadanos perjudicados por este tipo de economía injusta, esclavista e insolidaria. Y cuyas consecuencias son que hay más seres humanos que pasan hambre, más niños esclavos, mayor sobreexplotación de recursos, mayor destrucción del planeta y la mayor deshumanización de la sociedad que se ha conocido.

Pero, paradójicamente, son otros los que pagan. Los pensionistas con la congelación de sus sueldos, los trabajadores con el desempleo, los empleados públicos con el recorte de sus nóminas, la sociedad en general con la pérdida de calidad de las infraestructuras y de los servicios públicos, un nuevo marco laboral recortado y el periodo de tiempo para el computo de pensiones ampliado.

Encima nos echan a pelear entre nosotros. Los funcionarios contra los laborales, los trabajadores contra los sindicalistas, los pensionistas contra los inmigrantes, etc. Nos dividen para vencernos mejor.

Los neocon han ido poco a poco colocando en su punto de mira cada uno de lo logros conseguidos por las políticas de progreso y poco a  poco van destruyendo las bases del llamado Estado del Bienestar. Cada vez se privatizan más servicios públicos, la rentabilidad económica es más importante que la rentabilidad social, los derechos sindicales, que tanto ha costado conseguir, nos los venden como privilegios, se modifican las bases de las relaciones laborales, o se tocan las pensiones sin el menor consenso, se cuestiona el propio derecho a la huelga o a la negociación colectiva.

Mientras tanto la izquierda no busca o no encuentra argumentos o bases desde las que gobernar que puedan mantener y mejorar los logros conseguidos por el Estado del bienestar. Los sindicatos se han relajado al convertirse en macroestructura que apenas llegan a las bases de su propia militancia, que, si bien continúan defendiendo los derechos de los trabajadores,  son incapaces de acercarse a la cotidiana realidad de los que dicen defender. A su vez, los partidos políticos de izquierdas han perdido la capacidad de análisis y de crítica, incapaces de contrarrestar los nuevos aparatos de propaganda que los nuevos conservadores manejan.

Reducir el gasto público, reducir la gestión pública, no puede ni debe ser la única forma de salir de esta crisis. Quizás debamos aumentar las tasas sobre los movimientos especulativos en las bolsas y mercados internacionales, introducir mayores controles, reducir el fraude, etc. Necesitamos bancas públicas que, en su gestión, miren más allá de las cuentas de resultados macroeconómicos.

Necesitamos introducir mecanismos que permitan que parte de los legítimos beneficios empresariales se inviertan en I+D+I y en asumir la responsabilidad social que cada corporación sostiene.

Necesitamos verdaderos mercados libres, regulados conforme a las necesidades de los seres humanos, y no reducidos monopolios  que controlan la distribución y la venta y asfixian a los productores e interfieren en las leyes de la oferta y la demanda pactando precios, estrategias comerciales y políticas de expansión.

Necesitamos ciudadanos y ciudadanas verdaderamente libres, conscientes de las consecuencias de sus comportamientos individuales y sociales, de sus derechos y de sus obligaciones y capaces de participar en la toma de decisiones.

Necesitamos que nos representen con seriedad, ya sea a nivel político, sindical social, etc.

Necesitamos políticos y políticas honrados y no meros especuladores. No queremos más eslóganes, queremos más ideas e ideología, gente que genere pensamiento político, y no publicitas aferrados a encuestas que provocan la aparición de demagogos y salvapatrias.

Por todo ello cerraremos el 29-S, por los recortes sociales y por el recorte de soberanía que supone que los Estados y los gobiernos (el nuestro entre ellos, a pesar de calificarse progresista), claudiquen ante los emporios que pretenden minar las bases del bienestar de la ciudadanía.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El Escaparate: "Historias de Viva Voz" de Miguel Poveda.

El miércoles pasado acudimos a espectáculo inaugural de la Bienal de Flamenco. La Maestranza de Sevilla estaba repleta, no cogía un alfiler. Expectantes para ver y escuchar a Miguel Poveda, lo único que hicimos fue dejarnos llevar, abrir los oídos y los poros. Y ya sólo nos quedaba sentir.

Despertar todos los sentidos y comprobar que el flamenco puede ser llevado a lo más alto con un espectáculo de múltiples aristas, transgresor, integrador y asentado en los pilares básicos de la más ortodoxa pureza.

Recorrer la historia y los palos del flamenco, guiñándole a la copla, a Gil de Biedma, a Caracol, Mairena, Valderrama, Marchena y al mismísimo Camarón, puede parecer una ecuación imposible de resolver. Pero Poveda y sus gentes la consiguieron desentrañar, llevándonos (no a todos, por cierto) al éxtasis,  transmitiéndonos el duende y pellizcándonos lo más profundo del alma.

Si son fandangos, fandagos, si es soleá, soleá y si arranca por malagueñas, pues malagueñas. Por derecho, como está mandado. Eso si aderezadas con el estilo personal del que está llamado a ser el más grande.

Lo que pudimos ver el miércoles pasado pasará a la Historia, con mayúsculas, del Flamenco. Profesionalidad y duende, arte y pellizco. Todo junto y todo a la vez.

El fabuloso escenario en que se convirtió la plaza de toros, la Orquesta Joven de Andalucía, los cantaores y cantaoras, la bailaora y los bailaroes, los guitarristas. Morao Chico y Esperanza Fernández. La escenografía, la acústica y la historia que nos estaban contando, cantando y bailando. La del flamenco y la de su relación con el artista. Se perdonan hasta los fallos de luz y sonido, porque se corrigieron a tiempo.

Canta, baila y disfruta, compartiendo su saber y su voz. Ya levanta la mano, abre las palmas, cierra el puño, que se agarra la chaqueta, toca su pecho, junta las manos y se abalanza. Y a cada gesto toma el aire que alrededor tiene, cada vez más. Y ahora extiende los brazos, y recoge uno y mueve el otro. Y manda, como los toreros mandan, como los cantaores buenos. Y templa.

Y, entonces,  se para el aire. Y Poveda ya no es Poveda que es la enciclopedia del cante hecha carne y que te lleva a ese punto donde no hay retorno. La carne de gallina, el nudo en la garganta y las lágrimas en los ojos. Y los lentos ademanes comienzan a repartir poco a poco el aire que fue recogiendo. Con la mano, con la frente, con los labios, con el corazón y con la garganta. Como un torrente, el viento fresco llega a todos los rincones de la plaza y nos impregna el cuerpo, la mente y el alma de sonidos, de sensaciones, que son la esencia destilada de lo mejor del flamenco.

Ahora no nos queda más que ser povedanos para toda la vida y disfrutar en nuestra memoria de una noche inolvidable. Yo estuve allí y le doy las gracias.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Abrimos!


Hace tiempo que andaba detrás de la idea de crear este blog. Me gusta escribir. A veces, incluso, me gusta lo que escribo. También me encanta la fotografía, y, en ocasiones, me gustan las fotos que consigo.

Unir esas dos aficiones para contar lo que me apetece decir, o las inquietudes que me surgen, o las contradicciones que me asaltan, es lo que pretendo.

Con esa idea en la cabeza empecé a dar vueltas para comenzar el camino, y, como en todos los comienzos, casi me mareo. Había que ponerse manos a la obra. Quería hacer una presentación, tengo varios textos previstos. Quería aprovechar para homenajear a mi abuelo en su centenario. Pero no llegaba a tiempo. Buscar la plantilla del blog. Diseñarlos. Casi me pilla el toro. Este es el resultado.

Una vez creado, ahora viene lo difícil, mantenerlo. Procuraré darle una periodicidad regular al blog. Una entrada al menos cada dos semanas. Procuraré, además, ilustrarlas con alguna de mis fotos. Es posible que varíe algo el diseño del blog. Como aparecen en algunos sitios, estamos en construcción. Poner en marcha este desavío no va a ser fácil. El género con el que trabajamos tiene su peculiaridades. No obstante, estamos abiertos a cualquier sugerencia.

Esto en cuanto al continente. En cuanto al contenido, ya sabéis, de todo un poco, como decimos en la descripción. Pretendo abordar distintos temas desde una óptica muy personal. Concretamente la mía, que, ya se podrá comprobar, es variada y contradictoria.

Aunque, para tener otros puntos de vista, les he pedido a algunos amigos que tienen otros blog que colaboren conmigo como mejor deseen. Los incluiré en una sección que se llamará ¡Quien va ahora!, sección abierta, además, a cualquiera que tenga algo que contar y compartir en este espacio.

Tenemos también, como en cualquier desavío que se precie, la ¡Oferta!, donde nos haremos eco de noticias o contenidos que aparezcan en otras publicaciones digitales. 

Ilustración procedente de “La posguerra vista por una particular y su marido, de Pilar Garrido Cendoya. Ilustraciones de Forges. Editorial Planeta”, aparecida en la sección DOMINGO, de EL PAIS digital el 11/04/2010.

Habrá más secciones: ¡la estantería!, para hablar de libros; ¡el escaparate!, para hablar de cine y televisión; ¡el mostrador!, para hablar de gastronomía; ¡viajante!, para hablar turismo y tiempo libre; y algunas más, a la que ando todavía dándole vueltas. Poco a poco, espero ir llenando los huecos que hay en los expositores de este humilde colmado, darle el contenido que deseo.

Gracias a los que nos habéis animado a continuar con vuestros mensajes y comentarios. Esperemos que se cubran las expectativas que nos hemos creado. Modelaremos, poco a poco,  este espacio, para lo que siempre serán bienvenidas vuestras sugerencias, comentarios y aportaciones.

¡Ea! ¡Aquí estamos!¡Ya hemos abierto!

sábado, 4 de septiembre de 2010

Las manos del Alfarero

Mi abuelo Manolo era alfarero. Mi madre dice que mis manos son idénticas a las de él. Me lo repite cada vez que me ve morderme las uñas o arrastrar un padrastro. Me coge las manos, las acaricia y se queda callada un momento, luego suspira. Mi abuela hacía lo mismo.

No recuerdo sus manos. Tenía tan solo cinco años cuando murió. Demasiado pronto. Diecisiete años en las cárceles franquistas le pasaron una factura muy elevada.

Lo recuerdo sentado en el sillón, o llevándome al Paseo o al Tejar del tito Manolo y me explicaba como trabajaba un alfarero, mientras mi tío, sentado a la rueda, hacía un cántaro o un botijo.

Recuerdo cuando me llevó a la tienda de Antonio Sánchez para comprarme una guitarra, que luego yo destrocé usándola como batería. O cuando nos pelaba un paquete de pipas y nos las dejaba limpias para que ni mis hermanas ni yo nos atragantáramos con las cáscaras.

Lo recuerdo sentado en un saco de patatas en la tienda de mi abuela, o en el zaguán, mientras Guillermo el barbero le cortaba el pelo y pretendía convencerme para que yo me lo cortara también, con el vano argumento de que si a él no le dolía a mi tampoco.


Nos recuerdo a los dos, detrás del balcón, viendo, a través del cristal, pasar gritando las máscaras en carnaval, que se escondían en los portales mientras los municipales corrían tras ellas.

Lo recuerdo hablando con Don Gabriel, el cura, en ocasiones en voz baja. Lo recuerdo callado, pensativo, mientras sacaba el pañuelo y se lo pasaba para limpiar los restos de ese resfriado que siempre le acompañaba.

Recuerdo cuando, después de un paseo, me daba un poco de agua y la forma tan peculiar que tenía de enjuagar el vaso.

Lo recuerdo jugando al ajedrez en el Colón, o salir a avisarlo para que fuera al Bar corriendo porque "El Flamenco" estaba cantando.

Lo recuerdo enfermo, mientras mi madre le curaba las heridas que la mala circulación le producía en las piernas. O cuando llamaban a don Manuel Cabrilla, el médico, porque estaba muy malo. O cuando le pinchaban algo en el brazo en una de sus crisis.

Recuerdo una Nochebuena que cenamos todos con él en su dormitorio. O las tardes de Domingo que pasábamos todos alrededor de su cama. Mi padre enseñándome a jugar al ajedrez y él ayudándome con los movimientos.

Recuerdo otra tarde en que los dos nos dedicamos a clavar unos dardos en el postigo de la ventana sin que nos viera la abuela, para evitar la reprimenda. Recuerdo su sonrisa un día de Reyes cuando nos regalaron las bicicletas.

Lo recuerdo sentado en la puerta de la calle una noche de verano, tomando el fresco, viendo pasar la gente, cogiendo una pequeña salamanquesa entre los dedos y, a pesar de mis quejas, dejarla ir libre y, sobretodo, viva.

Recuerdo la alegría de la llegada de mi primo recien nacido para que él pudiera verlo, y, dos días después, la tristeza de una casa en una tarde gris de septiembre.

Son mis recuerdos de niño, pero no son los únicos. Tengo otros. Mi abuela se encargó de trasmitírnoslos. En su ausencia nos lo hizo presente. Primero, en los años malos, a sus hijos y a ella misma, y luego a los nietos. Tanto es así que todavía lo sentimos con nosotros.


No soy alfarero, pero tengo las manos de uno. Mi abuelo. A veces las miro y me acuerdo de él y de todo lo que me enseñó  a  través de mi abuela.

Hoy hubiera cumplido cien años.