viernes, 11 de febrero de 2011

El simbolismo de los nombres: Pi i Margall


Hasta 1931, los republicanos españoles celebraban el 11 de febrero. Recordaban el aniversario de la proclamación de la República en 1873. Hoy se cumplen 138 años de aquello.

Las Cortes, reunidas en sesión conjunta y permanente, esperaban la comunicación oficial de Amadeo de Saboya, que abrumado por las graves dificultades que en su corto reinado encontró (guerra de Cuba, la tercera Guerra Carlista, la presión de los alfonsinos, las insurrecciones republicanas, las situación económica del país, la división de sus partidiarios, etc.), acabó renunciando a la corona, constituyéndose entonces los colegisladores en Asamblea Nacional.

A pesar de la mayoría monárquica, un republicano federalista propuso que la Asamblea Nacional asumiera los poderes y se declarara la República. Los acuerdos entre los monárquicos rádicales y los republicanos unitarios y federalistas, junto con el histórico y encendido discurso de Castelar, hicieron el resto. La República fue proclamada.

Poco tiempo duró. Un año y diez meses. Los mismos problemas que acosaron a Amadeo I seguían presentes en el nuevo régimen, a los que hubo que añadir todos los movimientos cantonalistas y la continua presencia del poder militar en la toma de decisiones. 



Pi i Margall fue aquel parlamentario republicano federalista que propuso que se proclamara la República.

Francesc Pi i Margall (1824-1901) fue uno de los intelectuales más representativos del pensamiento más avanzado y progresista de la segunda mitad del siglo XIX.

Político, filósofo, jurista y escritor, asumió la Presidencia del Poder Ejecutivo de la Primera República Española desde el 11 de junio y el 18 de julio de 1873. Treinta y siete días.

Durante esos pocos días, su gobierno preparó la fallida Constitución Federalista de 1873 y un programa amplio de reformas, mediante la aprobación de una serie de leyes de carácter social: el reparto de tierras desamortizadas entre arrendatarios, colonos y aparceros, el restablecimiento del ejército regular, con levas obligatorias, la separación de la Iglesia y el Estado, la abolición de la esclavitud, la enseñanza obligatoria y gratuita, la limitación del trabajo infantil, la creación de jurados mixtos de empresarios y trabajadores, el derecho a la sindicación obrera y la jornada de trabajo de 8 horas. Admirable.

Seguro que es por eso que Pi i Margall, además, es el nombre simbólico que muchos masones españoles escogieron en el momento de su iniciación como aprendices. Un alfarero, Juan Manuel Matencio Rosales, mi bisabuelo, fue uno de ellos.
 

Una característica propia de la masonería en España es la utilización que se ha hecho de los nombres simbólicos. Varios autores han estudiado este tema con profundidad, entre ellos las investigaciones recogidas en la magnífica obra La Masonería en España del Siglo XIX,  que incluye sendos artículos donde se aborda el simbolismo de los nombres, en concreto, Análisis y estudio de los nombres simbólicos utilizados por los miembros de cuatro logias madrileñas de María Teresa Roldán Rabadán e Ideología masónica a través de los nombres simbólicos de Françoise Randouyer.

La
persecución que sufrió este colectivo obligó a sus miembros a lo largo de la historia a utilizar nombres o pseudónimos para comunicarse entre sí o reconocerse sin temor a ser descubiertos y represaliados. Estas medidas represivas fueron desapareciendo en la mayoría de los países, con lo que el uso de este tipo de nombres se fue perdiendo. No así en España, donde pocos fueron los tiempos en que los masones pudieron ejercer sus trabajos en libertad.

Por lo general, los nombres simbólicos escogidos pertenecían a personajes conocidos que destacaron por su cualidades, sabiduría o por su conducta, comprometiéndose el iniciado a tomar como modelo al propietario del nombre elegido.

Desde personajes históricos, pasando por científicos, escritores, políticos, militares, etc., pero todos con una denominación común: la relación con una corriente de pensamiento basada en la tolerancia, la defensa de las libertades, el racionalismo, cientificismo y el humanismo laico que se inició con el Renacimiento (Roldán Rabadán, 1987).

En un viaje a Salamanca para visitar el Centro Documental de la Memoria Histórica encontramos en la documentación correspondiente al Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo varios expedientes relacionados con algunos de nuestros familiares.

Entre ellos estaba el juramento masónico de aquel otro Pi i Margall que realizó al ser exaltado al grado de Maestro. Aquel alferero de Posadas que, por 1917, se inició en la Logia Themis de Peñaflor, de la que obtuvo plancha de quite para formar, en 1920, un nuevo taller, la Logía Abril nº 412 de Posadas.


"... amar a la verdad, fuente de todo bien, y huir de la mentira, origen de todos los males; buscar todos los medios para ilustrar mi inteligencia y fortificar mi razón ..."

Admirable, también.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quedao de piedra, Antonino!!!

Otra gran investigación, por vuestra parte!

Un abrazo y besos de colores!

Anónimo dijo...

Querido sobrino: Hoy no he tenido tiempo de llamarte como casi siempre que sacas al aire un "Desavio". Mañana lo haré

Cuando tu abuelo Manolo, hablaba de politica, como casi siempre, recuerdo que en una ocasión me habló de Pi y Margall y de sus escritos. El pensaba que la solución de España estaba en el Estado Federal. No se hizo a su tiempo y el tiempo nos devolvio las Autonomías hoy tan denostadas.

Yo no queria hablarte de politica, venia en el sentido más humilde a darte las gracias por recordarnos a personajes y situaciones que, aunque parezcan pasados, ocurrieron hace nada.

Pero si hoy nos has traido un recuerdo de hace 138 años, y a Pi y Margall que, con sus ideas queria modernizar en algo España, ya, en el año 1873 y por lo que se ve no pudo, por otro lado hoy dia 11 de febrero, el pueblo egipcio canta de alegria porque con su sentido civico de la politica y sin derramar una gota de sangre, ha sido capaz de derrocar a un dictador. El mundo está de enhorabuena. Yo leyendo tu "Desavio" también.

Un abrazo


J.M.Matencio

Masón Aprendiz dijo...

Con su permiso, y citando la fuente, publicaremos en El Masón Aprendiz/El Maçó Aprenent este magnífico artículo.

Layret
Administrador

Ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Ana dijo...

Ser masón era delito. Los archivos “nos lo cuentan”

Franco siempre manifestó un odio especial a la masonería, a pesar de que parece quiso ingresar en ella. Terminada la Guerra Civil uno de los colectivos perseguidos por la represión franquista fueron los masones, para ello se aprueba la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo, en uno de sus artículos establece la creación de un TRIBUANAL ESPECIAL PARA LA REPRESIÓN DE LA MASONERÍA Y EL COMUNISMO.

Para llevar a cabo la represión es necesario obtener información, y para obtener esta información se crea la Delegación Nacional de Servicios Documentales, cuya misión principal es incautar la documentación de las organizaciones masónicas, partidos políticos, sindicatos etc.

Este organismo dio lugar al actual Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca, antes Archivo de la Guerra Civil. Aquí se conservan los expedientes personales de los masones, lo cuales incluyen documentos que ofrecen datos sobre personas concretas, sobre las logias, con sus libros de actas, miembros, etc. O los expedientes de actividades que recogen información sobre las actividades masónicas en una localidad o territorio.

La documentación relativa a Andalucía y al Norte de África fue reproducida en microfilm para poderla consultar también en el Archivo General de Andalucía:
informacion.aga.ccul@juntadeandalucia.es

Anónimo dijo...

Me siento muy orgullosa de tí por tus magníficas narraciones y porque de alguna manera estás homenajeando a todos los miembros de nuestra familia y de tantas otras familias que lucharon, sufrieron y perdieron tanto por la libertad que hoy disfrutamos.