miércoles, 9 de febrero de 2011

Cuentos de viajantes: De amores por Sonsoles Yowanka

Cuando la vio doblar la esquina, él echo a correr sorteando coches y transeúntes hasta estar tan cerca que pudo percibir el olor que emanaba de su ropa. Se paró en seco y la llamó por su nombre, y cuando ella se dio la vuelta él se derrumbó, y cayó a sus pies. Pidió perdón. Parecía desolado. Lloraba, sobre la acera, mientras la gente seguía su camino. Ella adoptó una expresión instalada entre la curiosidad y la sorpresa. No sé qué debo perdonar, le dijo, solo te recuerdo vagamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué honor! Gracias, Antonino!
Sonsoles