Cuando la vio doblar la esquina, él echo a correr sorteando coches y transeúntes hasta estar tan cerca que pudo percibir el olor que emanaba de su ropa. Se paró en seco y la llamó por su nombre, y cuando ella se dio la vuelta él se derrumbó, y cayó a sus pies. Pidió perdón. Parecía desolado. Lloraba, sobre la acera, mientras la gente seguía su camino. Ella adoptó una expresión instalada entre la curiosidad y la sorpresa. No sé qué debo perdonar, le dijo, solo te recuerdo vagamente.
Como en las tiendecitas de barrio, encontrará casi de todo. Tenemos algo de cultura, un poco de política, cocina, literatura, cine, mucha fotografía, medio ambiente, un poco de deporte, viajes, familia, Andalucía, memoria histórica, Almodóvar del Río, nostalgia, Posadas, libertad, democracia, Córdoba, adopción, justicia, Sevilla, igualdad, Cazorla, fratenidad, progreso y mucho más. Pero pasen, comprueben el género. Cuidado no se me amontonen. ¡a ver! ¿quién va? Muy bien.¡dígame! ¿qué le pongo?
1 comentario:
Qué honor! Gracias, Antonino!
Sonsoles
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